buen día!

amor y paz, caminante; cuántos caminos que disfrutar.
seamos piedras ligeras, pisando la mar...


miércoles, 27 de octubre de 2010

Pasiones y Cómplices

La gloria no existe sin el fracaso y las caídas sólo sirven para levantarse. El final de la debacle siempre deja entre ver un camino, el ascendente. Es justo el momento que define a los grandes; al que derrotado, se atreve a escalar desde cero una vez más. Aprendiendo que la fama es efímera, el estrellato su espejismo y que las cimas siempre serán relativas.

Este es el común denominador de un binomio que en los últimos años ha fascinado al tenis mundial: Federer y Nadal, Nadal y Federer. Una irónica y apasionante rivalidad en la que ambos jugadores han logrado, a costo del otro, ser los mejores del mundo. Y a costa del otro, lo han perdido para luego caer. La complicidad de los que conocen la vibrante sensación de la victoria, y el silencio que deja la derrota y la decepción.

Ambos iconos, ambos referentes del tenis actual; dos gigantes que una vez más se disputan otra corona, y que con el imponente Flushing Meadows de Nueva York como escenario, definirán al nuevo Campeón del Abierto de Estados Unidos y muchas cosas más.

Pero hablar de un duelo Nadal contra Federer trae consigo varias connotaciones y una inevitable mirada al pasado. Las volteretas, reveses, caídas y regresos abundan en su bitácora personal y hoy más que nunca abren la polémica en la antesala de otro enfrentamiento.

Fue Federer quien ascendió primero a la cima del ranking de la ATP en febrero del 2004. El joven de Basilea conquistaba Título que se le topara, siempre acumulando nuevas marcas y logros mundiales. Roger jugaba con la perfección de un auténtico reloj suizo, sin detenerse, sin fallar ninguna bola, nunca titubeante, ganando con los años, no sólo trofeos, sino tintes de leyenda.

Pero casi dos años después, un tambor batiente comenzó a latir desde tierras ibéricas anunciando una nueva figura, la de Rafael Nadal. El mallorquín contagiaba al mundo con la pólvora que le imprimía a cada bola; pasión y potencia de un nuevo estereotipo en el deporte blanco. Y así, como todo imperio, el de Federer llegó al fin. Después de 237 semanas como número uno del mundo, el 18 de Agosto del 2008 Rafael Nadal asaltaba la cima y aparecería como el nuevo monarca de la ATP.

En los siguientes meses, Federer lucía confundido entre derrotas y sumido en una espesa bruma, mientras una creciente furia roja emergía imponente: 'Rafa', sinónimo de fuerza y atletismo que llevaba el juego siempre al límite. El 2008 se convirtió en el año del español conquistando los Títulos de Roland Garros, Wimbledon, el Oro Olímpico en Beijing y cuatro torneos internacionales más, simplemente invencible.

Sin embargo, el 2009 traería nuevas volteretas y otro giro de tuerca al guión de esta rivalidad, quizás el climax de la historia. Sin sonadas amenazas y con la humildad de quien ya sabe lo que es estar abajo, Roger se levantó para llegar en las mejores condiciones al Grand Slam de arcilla, Roland Garros, justo el imperio de su antagonista. Tras dos semanas, Federer se llevó el Título, demostrando que estaba de vuelta y la mira ya la tenía fija en un nuevo asalto al ranking mundial.

Con París en su manos, Federer llegó a Londres en busca no sólo de otro Wimbledon, su sexto que lo enmarcaría como el mejor de todos los tiempos con 15 Grand Slams, sino también a recuperar el trono que le fue arrebatado. En una épica Final en el All England Club, el suizo venció al norteamericano Andy Roddick para desbancar a Nadal como número uno del mundo. De nuevo, cambiaban los papeles. Mientras que el suizo robaba todos los reflectores al ser considerado el mejor de todos los tiempos, una lesión mandaba al exilio temporal a Nadal, dos meses de dudas e incertidumbre ante el inminente desgaste de sus rodillas.

Con este contexto se enriquece el significado de un duelo entre Federer y Nadal, mismo que podría llegar en una Final soñada del 'US Open' que inicia el lunes. Una nueva lucha que traduce el mensaje de nuestros protagonistas: la polaridad que existe entre la engañosa cima y el valentía del que se dice derrotado para levantarse y volver al primer plano. El que aprende lo que dejó el fracaso y se reinventa tras la caída para volver a caminar.

Pareciera así, que es el mismo Federer quien le cuenta a Nadal cuál es el camino de regreso a la cima del tenis. Que su historia, le sirve como enseñanza y estrategia justo ahora que las lesiones parecen ceder y su gran juego ya llega a pinceladas. Es ahora Nadal quien desde abajo buscará a toda costa alzar otro Título y lograr un nuevo capítulo del tenis que se escribirá desde Nueva York.

Pero, ¿Seremos testigos del inicio de un nuevo ascenso de Rafael Nadal o de la consolidación del maestro Federer como el mejor de todos los tiempos?

Cual sea la respuesta, Nadal y Federer volverán a dejar aquél pensamiento al aire, demostrando que la gloria no existe sin el fracaso y las caídas sólo sirven para levantarse.

La noche de Bolt en Berlín

Lucía nervioso, sin una mirada fija, palpitante; el temblor antes de la batalla. Lucía como quien sabe que está a unos instantes de la cita que el destino ya había pactado, la inevitable. La noche tenía preparada un nuevo capítulo de la historia de la humanidad. La cita: el majestuoso Olímpico de Berlín. El desafío: ser el hombre más rápido en la tierra. Y ahí, nosotros como testigos e invitados de honor.

Se escuchó el disparo y los siguientes nueve segundos con cincuenta y ocho centésimas paralizaron al mundo entero. El tiempo parecía detenerse, escurrirse mientras que alguien nos demostraba la superación de nuestra propia raza. Cuando se detuvo el cronómetro, Usain Bolt ya era el Campeón del Mundo, el dueño del Oro, el poseedor del récord mundial y la hazaña del momento. Ya podía volver a respirar, la gloria descansaba en ese fantástico 9:58 que mostraba el reloj del tartán alemán.

Lo logrado por el jamaiquino Usain Bolt no es un mero hecho de la casualidad, la improvisación ni el azar. Lo hecho por este atleta que está por cumplir apenas los 23 años de edad, deja en claro muchas cosas y rompe cualquier barrera y esquema que al humano pueda atar.

Bolt demostró que la velocidad nunca detendrá al hombre. En promedio, el Campeón Olímpico corrió más de diez metros por segundo, si eso es correr. Vino de atrás con un flojo arranque que parecería que depilaría cualquier ilusión de récord, pero en su cierre, la potencia y rapidez de su zancada lo vieron volar en una noche épica en Berlín. Ni Tyson Gay, con un excelente tiempo de 9.71, se acercó al gigante.

Bolt demostró que el talento y capacidad existe en todas las latitudes y nunca discriminará condición social ni estatus económico. El 'Relámpago' caribeño despuntó en Beijing cuando su nombre poco sonaba en la escena mundial, procedente de un país aún más pobre que el nuestro, donde la infraestructura deportiva es casi nula e inexistente. Hoy, es la sensación mundial y goza irreverente y descarado ante su logro. Pero seguro recuerda aquellos años en su natal Trelanwny, Jamaica, cuando la situación distaba tanto de su presente.

También Bolt rompió todos los paradigmas y estereotipos de un Campeón del atletismo mundial. Sustituyó los fornidos músculos y la soberbia de un Goliat, por la velocidad en las piernas. Dejó atrás aquella imagen de Michael Johnson imponente y serio, por la de un delgado y descarado joven del caribe. Demostró que al final, en el deporte la fuerza nunca será todo, la inteligencia y la pasión mandan en estas citas del destino.

De igual forma, Bolt demostró que la adversidad no es una salida, sino el camino al éxito. Luego de un flamante 2008 cuando el jamaiquino conquistó todo en los Olímpicos, parecía que las nubes de la fama distraían la mente de este joven atleta. Las marcas no llegaban, ni se acercaban a lo que sus predicciones siempre aseguraban. Parecía otro caso de un atleta estancado en el bache que la fama suele dejar a muchos deportistas. Su mejor marca del año era un 9:70, misma que no pudo batir en tres ocasiones más. Apenas semanas atrás, la prensa lo ecajaba de insolente y falto de poder y gas. El sabor de la descepción aún merodeaba en Usain.

Pero Bolt no fallaría esta vez. Esta vez el cierre no sería flojo, esta vez, los límites y el fracaso no estaban permitidos. Bajó casi 20 centésimas aquél tiempo del semestre pasado e incluso destrozó por once centésimas su propio récord mundial, el mismo que impuso justo un año atrás en Beijing: 9:69. Algo simplemente, fascinante.

Por último, Bolt demostró la condición de la raza humana; inevitable contagio de adrenalina que nos reta a superar nuestras propias barreras. Quien cree que el imposible existe, hoy guarda silencio, luce incrédulo. Usain demostró que la historia nos tiene preparados muchos récords y marcas más. Más hazañas y glorias mundiales.

La noche en Berlín perteneció solamente a Usain Bolt. Ni la amenazante velocidad de una centésima dobló al atleta. No cabe duda que seremos testigos de más imposibles rotos, quebrantados por el eterno devenir de los valientes que se atreven a destrozar cada muro que se presenta. El desafío aquí no acaba, apenas comienza.

El Oro es tuyo Paola, sólo tuyo

Subiste diez metros. Alzaste la mirada y caminaste cinco pasos. Al borde de la plataforma, con Roma a tus espaldas, contaste en silencio. Saltaste, y al caer al agua ya habías alcanzado la gloria; el Oro, el primer lugar, un Título Mundial, y seguro el cielo.

Este sábado nuestro país amaneció con la noticia de que Paola Espinosa se había convertido en Campeona Mundial, conquistando el Oro desde la plataforma de diez metros en el Mundial de Natación en Roma, Italia. Una vez más, una mujer levantó la mano en momentos difíciles para el deporte nacional y demostró de lo que es capaz un mexicano a pesar de todo y todos, contra viento y marea, sin dejarse vencer, viniendo de atrás y así, ser la mejor del mundo, la Monarca en los diez metros.

La competencia; auténtica precisión en cada salto

La mañana no inició de la mejor forma para la mexicana que siempre tuvo que venir de atrás, rezagada de las líderes, habiéndose clasificado en el octavo lugar a la Final. De hecho, el día anterior no había tenido una buena jornada al avanzar de manera dramática a la Final en el lugar 18.

Así, todo era cuesta arriba para la mexicana, que sabía bien que la gloria se veía muy lejos, casi imposible. Y en medio de esta tormenta, comenzó el ascenso. Tras el segudo clavado, una muestra perfecta de un tres y media vueltas atrás con grado de dificultad 3.3, Paola se situó en el tercer lugar. Al subir las escaleras para el tercer salto, sabía que ese momento sería único en su carrera, en el largo camino recorrido en busca de este sueño.

El tercer salto fue un tres y media vueltas inversas, mismo que había fallado en la Universiada Mundial en Belgrado apenas una semana atrás. Pero ahora, ni la presión, ni los ojos del mundo, ni nada, harían que Paola volviera a equivocarse. Y es que esta vez, lo metió con 91.80, una muy alta nota donde incluso uno de los jueces le concedió la calificación de diez. Auténtica precisión en cada salto que la iba acercando a la gloria, al Titulo Mundial. A partir de este momento, la medallista de Bronce en Beijing 2008 ya no soltaría el sitio de honor.

Pero faltaba el momento importante, el que distingue a los Campeones y a los que se quedaron cerca. Un instante que a nosotros los mexicanos parece siempre costarnos tanto. Siempre sufrido, siempre con la angustia que sucumbe a muchos. Pero a Paola no. Y es que tuvo el valor de tirar un clavado de una y media vuelta atrás con dos y medio giros, de dificultad 3.4, mismo que le dio 91.80 y así asegurar la presea de Oro y la mirada internacional.

Lo que significó el Oro

No cabe duda que este triunfo tiene diferentes sabores. Por un lado, el emotivo regreso de una mujer que venció la adversidad y nada más y menos que a las eternas Campeonas chinas. Logró lo impensable, lo más complicado, arrebató la gloria en el mundo deportivo y llegó al lugar que le pertenece.

De igual forma, este triunfo llega en un momento de crisis en el deporte mexicano. Momento gris, ausente de éxitos y logros a nivel internacional. Momento que evidencia la tan prolongada falta de planeación en la infraestructura deportiva nacional. Un lapso donde el mexicano ha perdido la confianza no sólo en sus deportistas, si no en cualquier líder o ejemplo. El tiempo justo para demostrar que como Paola, existen muchos compatriotas que luchan constantemente en sobresalir a pesar de la falta de apoyo y los múltiples obstáculos que tienen que vencer.

Paola lanza una llamada de advertencia

Ahora, todos querrán estar junto a Paola Espinosa. Todos, de traje largo o no, se vestirán con el éxito que logró la mexicana, todos, buscando colarse en la foto. Lo más probable es que el discurso será que el trabajo empieza a rendir cuentas, con el clásico 'aún falta mucho por mejorar'. No faltará quien diga que el éxito es del Deporte mexicano, que este Oro es de todos y que somos los monarcas en el mundo del clavadismo. Pero Paola y su Título Mundial nos dice una cosa totalmente diferente.

Lo conseguido por la mexicana es de alguna u otra forma una llamada de atención para los dirigentes nacionales. Desde Roma, Paola levantó la mano dejando en claro que este logro no disfraza la realidad que vivimos. Un verdadero aviso de todo lo que se puede lograr si el apoyo fuera constante y planeado en el entorno deportivo nacional.

Una muestra de que talento existe y está por todas las latitudes de nuestra república. Que urge un verdadero plan estratégico a corto, mediano y largo plazo. Que hace falta inversión, infraestructura, becas, programas de apoyo y un seguimiento profesional embocado a la continuidad. Que con trabajo de años, México puede dar la cara en la escena mundial en varios deportes. Que no se olvide ni confunda este mensaje.

Paola, el Oro es tuyo

El Oro es todo tuyo Paola. Fue tuyo desde que eras una niña en una remota plataforma del norte mexicano. Fue tuyo por todos estos años de esfuerzo, sacrificio y trabajo para ganarte el respeto poco a poco en el extranjero. Tenías razón, el destino te tenía preparada la gloria en Roma y hoy esa gloria es sólo tuya. Tu nombre dio la vuelta al mundo entero y lograste que el himno mexicano se entonara en lo alto de los diez metros.

Que nadie te lo quite, que nadie te lo robe, que nadie lo empañe. Lo lograste, justo cuando pareciera que nadie cree en nadie, demostrando de lo que este país puede estar hecho. Felicidades Campeona, descansa ya bajo tus pies el Título que te ganaste a pulso entero. El Oro es tuyo, nosotros siempre te lo agradeceremos.

El extraño caso del 'Canelo'

Vaya reto para un joven con apenas diecinueve años. Vaya reto para quien es catapultado como la próxima leyenda de nuestro boxeo, cuando lo cierto es que apenas empieza su carrera y todavía no ha demostrado nada realmente serio. Vencer las tentaciones de la fama y no defraudar la promesa que en su nombre se ha hecho. Este es el extraño caso de Saúl el 'Canelo' Álvarez, un boxeador que se debate entre la realidad y la moda del momento.

Creció en San Agustín Tlajomulco, Jalisco, y tiene siete hermanos. Practicó el boxeo desde niño y dejó los estudios en segundo de secundaria. Hace menos de tres años buscaba debutar en algún gimnasio de Tonalá y hoy habla de una pelea de Campeonato Mundial contra Manny Pacquiao, el mejor libra por libra del mundo entero. Peligroso compromiso para quien apenas inicia su ascenso.

Calcular hasta dónde Saúl Álvarez es la próxima figura del pugilismo mexicano, suena riesgoso y atrevido. Pero entender el contexto actual de nuestro boxeo, nos obliga a verlo como el menos culpable de todo el aparato mediático que detrás de su imagen está en juego. Y es que no es un caso aislado, denota la realidad mexicana de un nuevo sistema de boxeo.

Hace dos años la escena boxística de nuestro país estaba descuidada y sin proyección. Aunque México siempre ha sido escuela internacional y Juan Manuel Márquez e Israel Vázquez daban la cara por nuestro boxeo, la falta de figuras populares era evidente en el medio. Al mismo tiempo, Televisa y TV Azteca encontraron un enorme nicho de mercado abandonado, descuidado, y con grandes oportunidades de crecimiento.

Inició una guerra por el rating televisivo de los sábados por la noche; disputa que implicaba no sólo crear una nueva empresa boxística, mercadológica y comercial, sino también a los protagonistas de dicho evento. Con el respaldo de Sulaimán, la acelerada industria de nuestro boxeo tenía la mesa puesta para echar andar una nueva 'fábrica de talentos'. Las promotoras y agentes hicieron su papel y poco a poco, cada sábado por la noche se televisaba una cartelera extra publicitada de boxeo. Mantener y cumplir un calendario sabatino por mucho tiempo, era el reto. No encontrar siempre boxeadores preparados y al nivel, representaba el verdadero riesgo. Las secuelas de estas disparejas carteleras llegaron en poco tiempo.

El 22 de julio del 2009, el boxeador tapatío Marco Antonio 'Texano' Nazareth perdió la vida a causa de un derrame cerebral por un severo castigo que no fue detenido en su momento. El jalisciense enfrentaba un gran contrato en el cuadrilatero ante uno de los hijos del mítico Julio César Chávez, Omar. Entre su gente y llegando a toda la república por televisión, Marco Antonio se desplomó al cuarto asalto ante un interminable asedio. Cuatro días después, el 'Texano' falleció en el hospital ante el asombro de todo México. El luto cubrió a nuestro boxeo, pero pocos hablaron de las verdaderas causas del trágico hecho. Las peleas de cada sábado continuaron sin mayor remedio.

En este contexto, vemos que la paradoja del 'Canelo' puede ser analizada desde dos perspectivas en concreto. O bien se consolida y estructura este apoyo económico y deportivo al boxeo, fortaleciendo una verdadera escuela de prospectos. O por el contrario, seguimos con este espejismo de un gran pugilismo envuelto por el dinero, mismo que podría limitarse a crear boxeadores desechables, productos falsos sin verdadero sustento.

Tal parece que Saúl Álvarez está a tiempo. Aunque es cierto que no ha enfrentado a ningún rival de seriedad que ponga su invicto en verdadero riesgo, sí ha demostrado ser un buen boxeador; rápido, explosivo y de pegada fuerte. Pareciera ser alguien de talento innato, que con una paciente preparación podría llegar a un combate importante en su momento. El riesgo recae en desgastar una promesa cuyo valor aún no ha sido comprobado por completo.

El dilema del extraño caso del 'Canelo' encontrará su respuesta con el trabajo y el tiempo. Si se endereza su camino, el anhelo de llegar a ser leyenda no tiene que quedarse en sólo un efímero sueño. Por ahora, es sólo un boxeador Juvenil, resultado de una 'fábrica de talentos'.

martes, 7 de julio de 2009

Caos, misterio y belleza


Si se detuviera el tiempo,
que fuera en tu boca.
Si temblara con furia,
que fuera en tu pecho.
Si me perdiera,
que fuera en tus ojos.
Y si el calor me matara,
que fuera por tu deseo.

Y es que si de amor se trata,
guapa, hablemos en serio,
que yo sin ti no puedo,
misterio, caos y deseo,
eres lo que quiero.

Si nunca despertara,
que fuera de tu sueño,
Si esto nunca acabara,
que fuera por tus besos,
Y si algo me faltara,
que fuera tu inevitable miedo.



Y es que guapa, no sabes cuánto te quiero.
No hay más palabras; caos, misterio y belleza,
eres todo lo que quiero.

Y que este sueño nunca acabe,
que la pasión no se escape,
que lo nuestro no nos falle,
yo contigo, pase lo que pase.

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