buen día!

amor y paz, caminante; cuántos caminos que disfrutar.
seamos piedras ligeras, pisando la mar...


viernes, 30 de enero de 2009

te dejé perder



Y de qué sirve que te lo diga,
si no me vas a responder.
Y en dónde murió el intento,
la primera estrella que nunca vi volver.


Y cuántas veces te lo quise decir,
Y cuántas noches lloré por ti,
Y ¿si nunca te vuelvo a ver?
Y qué busco, si desde hace cuánto que te perdí.

Eras la noche blanca,
el tranvía de la esperanza,
mecha que nunca se apaga,
tu luz nunca se opaca.

Y en cuántos sueños te vi volver,
cuántos recuerdos de aquél ayer,
cuánto dolor en el pecho sin poderte ver,
cómo te extraño a cada amanecer.

Aquí cada vez hace más frío,
la nostalgia cada tarde amenaza con volver,
y sólo pensar en tus ojos, tu boca,
la que dejé perder.

Y no siempre te lo demostré,
y no encontré las palabras que merecías tener,
y ahora el sentimiento no calla, no para,
cuando ya no tiene nada que hacer.

te quiero tanto flaca,
cuánto te quiero decir y hacer,
y sólo pensar en tus ojos, tu boca,
la que dejé perder.

Y ya sabes lo que siento,
y mi voz se llenó de perdones,
arrepentimientos y desilusión,
Y sabes que ahora no miento,
y quizás no te vuelva a ver.

En fin, este es un telegrama,
lo que nunca te pude decir,
mi How I wish you were here.

Un intento desesperado
por intentar dejar de pensar en ti,
sacar este dolor,
con el que ya no puedo vivir,
y encontrar sinceramente,
la manera de por fin despedirme de ti.

Dejar ir libre el miedo de perderte,
cuando desde hace tanto ya te perdí.

Simplemente es una carta,
la última que te llegará de mi.

Un adiós para siempre,
a mi flaca, mi nena, la reina,
y todo lo de ella que aún queda en mi.

How I wish, how I wish you were here.
We're just two lost souls swimming in a fish bowl,
year after year,
Running over the same old ground.
What have you found? The same old fears.
Wish you were here.
wish you were here

miércoles, 21 de enero de 2009

"Donde hay lana, hay mafia"


REPORTAJE ESPECIAL
TAXIS- TRANSPORTE PÚBLICO

“DONDE HAY LANA HAY MAFIA”

Por Alonso Monroy

5460 caracteres

Yo no inicié la plática. Era uno de esos momentos en el que cualquier gesto, mirada o comentario se presta como el mejor pretexto a ese inevitable desahogo del reclamo unísono de uno de los tantos sectores laborales de esta ciudad; trabajadores que le han perdido el miedo a sus autoridades, que perciben los manejos y arrebatos de poder de sus dirigentes y que están cansados de ser el último, y menos grato, eslabón de esta cadena improductiva e ineficaz, donde cualquiera ve por su parte, por ese pedazo más grande o más chico de un pastel que nunca parece acabarse.

Me refiero a la holgada conversación que tuve con un taxista hace unos días, donde como a muchos nos ha pasado, se sueltan en palabras tan diversas como profundas. Lo mismo te pueden hablar del precio de los perfumes y los anhelos de las prostitutas que piden el servicio, hasta la batalla feroz que de manera interna están viviendo todos los grupos de transportistas en esta ciudad.

“Para que le voy a mentir, todos los sindicatos tienen poder, todos se pelean con todos, aquí cada quien ve por su parte. Y mire, nuestros dirigentes son corruptos porque hay mucho dinero de por medio, hay que decirlo, son mafias, ¿A poco no? La verdad es que donde hay lana, hay mafia” relataba sin pena un taxista que prefirió no dar su nombre, por miedo de una represión.


Y es que Mérida parece estar viviendo un proceso muy delicado que lo confronta entre el umbral de una capital grande, moderna, numerosa, competida y potente económicamente hablando, con las antiguas formas, prácticas, rituales y manejos del poder, que desde hace muchos años, algunos grupos influyentes gozaban sin ningún tipo de amenaza. Por muchos años, los taxis en Mérida operaban como una especie de monopolio en el que algunos cuantos grupos operaban sin mayor competencia, y cobrando tarifas muy arbitrarias ante la falta de un taxímetro regulador. Además de que no podías tomarlos en la calle ya que operaban sólo en sitios, los taxis en Mérida tenían uno de los precios más altos en todo el país.

“Yo ahora trabajo en el UTI (Unión de Taxistas Independientes) y aquí la señora Elizabeth Huerta Juárez, que es nuestra dirigente se ha encargado de enriquecerse a costa de nuestro trabajo, yo sé que ella tiene más de 40 placas a su nombre, imagínese cuánto dinero le estoy hablando, y además, lo que más molesta es que ni las trabaja, en su vida a manejado un taxi, y mire cuánto gana, y también trabajé en el F.U.T.V, (Frente Único de Trabajadores del Volante) con Nerio Torres y es lo mismo, en todas partes es lo mismo, será muy amable, pero también lleva años haciéndose rico con esto, ellos controlan todo, y no son solo ellos eh, hay muchos más, vuelvo a lo mismo, donde hay lana hay mafia” manifestó indignado el chofer.

El crecimiento acelerado de la ciudad y la presión de una sociedad que cada vez demanda mejores servicios, entre otras cosas, hizo que el Gobierno de Patricio Patrón Laviada otorgara más de 500 placas para el uso de nuevas concesiones de taxis. Lo que en el papel es una buena medida de apertura del mercado, de la oferta y que beneficiará en la reducción de los precios por su servicio, se convirtió en una guerra frontal entre varios grupos no sólo de empresarios, sino también políticos que se niegan a dejar el temido poder. Aunque no sólo es eso. También figuran los nuevos grupos que han descubierto una mina de oro, y es que las ganancias que puede generar este sector son en muchos casos, inimaginables.

“En los sindicatos buscan bajarte el mayor dinero posible, a nosotros ahora nos pidieron que tenemos que pagar celular, aunque no queramos, $1 500 pesos al mes, además cada vez nos cobran más por usar el coche, nos prometen seguro médico, y cuando nos enfermamos en el Seguro nos dicen que no estamos afiliados, entonces, ¿a dónde se va ese dinero? ¿Ya vió la nueva camioneta que tiene Don Nerio?” comenta el conductor.

Playas, no ciudades.



Por Alonso Monroy

10 Febrero, 2008.

Cuando las playas se vuelven ciudades algo anda mal. Cuando la arena y el mar ceden terreno ante el cemento y sus edificaciones, el equilibrio se ve amenazado.

Cuando la esencia arraigada de este rincón del caribe mexicano crece vertiginosamente, el desorden se hace presente, y un nuevo ciclo vuelve a comenzar.

Hablamos de la Riviera Maya y su incierto porvenir; hablamos de la transformación y crecimiento de todo un pueblo, toda una sociedad que crece y se adapta; vive y se convierte en testigo activo del recuerdo de aquellos años pasivos y dóciles que ya han quedado atrás, para presenciar todo el fenómeno social, económico, político y también cultural que Playa del Carmen y su Riviera Maya actualmente viven.

El caos, puede traer cosas positivas, el desorden, puede ordenarse, encaminarse a un mejor fin.

Y es que a pesar de que muchos nos quejemos del peligro que acecha este paraíso y su triste y constante industrialización, tenemos que reconocer que también ha arrojado aspectos positivos. Aquí, cientos de sabores, ideas, influencias y corrientes artísticas y culturales de todas partes del mundo se han fusionado rescatando lo mejor de cada una de ellas y formando una nueva esencia cultural, sin discriminación, racismo o exclusión, al contrario, una mezcla altamente diversa y exótica, que enriquece cualquier oído, cabeza o corazón.

Playa del Carmen guarda un encanto que pocos lugares aún presumen; su autenticidad, su esencia. Y es que aunque la influencia norteamericana se ha instalado con demasiada fuerza principalmente en los últimos 5 años, Playa en sí ya vivía desde hace décadas un proceso de homologación de ideas y referencias musicales y culturales muy interesante.

Así, la presencia de sabores y acentos extranjeros, dotó a Playa del Carmen de una nueva tendencia que puede ser encaminada de varias formas, con buenas o malas intenciones. Si destacamos lo positivos, podemos hablar del valor y significado de entremezclar diferentes ritmos y propuestas musicales originarios de Cuba, de Jamaica, de Europa o de México y ahora en Playa. O como el hecho de ser testigos de muestras culturales y artísticas que reflejan el valor simbólico de las civilizaciones prehispánicas con su relación presente.

Playa del Carmen es para muchos una tierra ya cosmopolita, para otros, siempre fue un pueblo de mundo, lo cierto es que detrás de todas las consecuencias negativas que asoman tras las sombras de Playa del Carmen, sobresale el aspecto positivo de encontrar un punto de nuestro país que vive momentos claves.

Ahora es el momento, este es el reto: lograr mantener y reforzar la diversidad y unión de culturas con respeto y sentido común, o dejar que Playa del Carmen y la Riviera Maya pierdan la identidad que sólo México, y los que lo habitamos, podemos darle.

No dejemos que Playa sea ya tanta ciudad. Las ciudades no son playas, las playas nunca podrán ser ciudades. Que se enderece el camino, y que tengamos Riviera, música y cultura para un buen rato.

y gritamos, y nos peleamos...


Y gritamos y nos peleamos, y soñamos, y nos descubrimos y nos perdemos, y nos encontramos y nos volvemos a perder. Son los años de guerra, de libertad y represión, de locura y alegría, tristeza y también depresión. Es la pubertad, es la lucha con uno mismo, con lo establecido, contra sistemas e ideologías, sexualidad y deseos, ángeles y demonios, voces, ilusiones y caídas. Es la rebeldía juvenil, es la adolescencia, son los primeros obstáculos y desviaciones en el camino, ese, el de la vida.

Y es que son los primeros años de verdadera confusión de la persona. Los años de temblores en los paradigmas del joven, cuando todo cobra o deja de tener sentido. Cuando realmente comienzas a conocerte, a descubrirte, desnudando el alma, saboreando olores y sinsabores, degustando la vida con todo y semillas, con todo y cáscara, arriesgando probar el dolor o la amargura de la soledad. Al mismo tiempo que en cada bocanada evocas un nuevo sueño, con nuevo destinatario y código postal. Son años con mensajes secretos en botellas, nostalgias pasajeras, lunas nuevas y promesas en vela.

La noche más oscura y sucia en Tabasco.

Dedicada a todas las personas que me enseñaron el amor a la camiseta, todas.


La noche más oscura y sucia en Tabasco.
Por Alonso Monroy

Crónica de un olvido anticipado.

“No puedo olvidar a tanta gente, que sufre en cara. Víctimas de la necesidad, en su lucha, por un mejor mañana”

Gondwana.

Día 1. Los primeros pasos en el lodo de la tragedia.
Para entender los siguientes relatos es importante imaginar en todo momento el acento tabasqueño. Ese, el bravo, entrecortado, colorido, pícaro, valiente, pero también golpeado, castigado, marginado y muchas veces olvidado. No el de la colina y sus pudientes, sino como el de Don Ricardo de 64 años, un ex vendedor de seguros que comenzó a trabajar desde los 12, desde cero; procedente de tierras de Centla. Pero por la inundación, como más de 15 mil comercios de Villa, quedó destrozado. Don, que ahora, después de todo, cocina y vende tacos de papa con chorizo en alguna calle detrás de Méndez. “No hay de otra jefe, el agua nos arrebató todo. Aquí se vive de lo que sea, mis hijos y mujer los mandé a Coatza, ahora yo saco un dinerito para mandarles por lo menos algo en unos días, pa que la nieta tome leche y tenga pañales”.

Y así, mientras uno se aleja de los edificios altos del centro de Villa que no tuvieron ninguna afectación y viajas río abajo, cualquiera que éste sea, surge titilante la voz que habla por todos los rostros que se esconden, atemorizados por la devastación, detrás del manglar y los platanales, la azúcar morena. No olvido ninguna cara, que aún en la masacre, te muestra una sonrisa.

Como la de Don Roberto, quien mientras maneja una combi llena de pasaje por la encharcada Ruíz Cortines con destino a Bosques de Saloya detrás del río Carrizal, una de las colonias más afectadas del Centro, nos comentaba el grano de ayuda de cada paisano y la rapiña de otros más. Todo por los miles de metros cúbicos de río que entraron en tan sólo minutos, no dejó tiempo de respiro o aliento. Dejando a millones a cuello sobre el agua. Ahí, mientras que su timbre de voz no cesa ni mitiga el drama. “Hijo yo trabajo pues, pa ayudar, aunque el patrón nos ofreció descanso, esta es mi forma de ayudar, desde abajo, o no pue?, ya mero llegamos a Bosques, pero la combi aquí ya no pasa por el agua hijo”

El lodo que en tantos y diversos sentidos invade un edén Olmeca, cultura de la que muchos antropólogos afirman fue vientre y madre de muchas más de Mesoamérica, entre ellas, la Maya, está por todas partes, tajante y desgarrador. Esa noche, en el campamento, pocos pudieron dormir, a todos nos sobrepasó la situación.

Día 2. La marginación fuera de Villahermosa.
Hay dos viajes a Tabasco. Llegar a Villahermosa y observar las colonias más cercanas a cualquier cauce fluvial, donde el nivel de agua alcanzó los 5 metros y aún se mantiene estancada, agua puerca; como la enorme Gaviotas Sur y Centro, la colonia Indeco, Niños Héroes, Bosques, entre decenas más. Ese, y el viaje al inmenso, realmente inmenso nuevo pantano en el que se convirtió casi todo el resto del Estado. Ahí, donde la marginación mandaba cartas de ayuda urgente ante la amenaza de sentirse olvidados.

Día 3- El agua baja un poco el nivel, la angustia sigue en aumento.

La imagen constante de estos primeros días, que a muchos se nos hacían meses, lucía un territorio de guerra sin tregua alguna. Decenas de Helicópteros sobrevolando con cajas colgantes, sirenas de ambulancias, bomberos y protección civil entre la oscuridad de una noche sin energía eléctrica y servicio de agua potable en gran parte de estas colonias; una diáspora o éxodo de ríos y ríos de familias unidas de la mano, sin importar la psicosis del momento, empapadas, con el agua abajo del pecho con lo poco o nada que lograron sacar. Poco a poco nos acercábamos más al dolor que baja desde la sierra chiapaneca que como me narró Don Felipe esa madrugada, un guardia que de joven fue bracero en la frontera mexicana con California, mientras hacía guardia como muchos en la ranchería Boquerón primera sección, donde el agua no dejó nada, sólo familias viviendo desde más de una semana en la carreteras, comiendo plátanos con fríjol para matar la maldita hambre. Esa fue la primera de tantas madrugadas que el señor vigilará sólo el techo que les sobrevivió, literalmente el techo.“Nos jodió todo jefe, aquí no quedó nada, y mire que puerca está la situación, el agua entró a madre”. Dolor con sabor a muerte por el agua contaminada a causa de miles de reses, cochinos, gallinas, buitres, serpientes y toda una fauna en estado de putrefacción. Que mezclado con galones de aceite, petróleo, basura, heces fecales, orín, entre tantas cosas más, va devorando, con su furia, los sueños de más de un millón de tabasqueños que simplemente, como muchas veces más, tendrán que empezar desde cero.


Dia 4.- Esto es mucho más que una catástrofe natural.

Agua, tanta agua, ya no más agua. Estoy en la tan castigada Gaviotas. Y así, en ese atardecer nublado y con viento fuerte, la Sra.Marta, en su crítico y salvaje camino de más de 9 horas desde lo más profundo de la selva y el Grijalva, con otro señor y su cayuco, todo por rogar ayuda a quien fuera. Tenía dos hijos y una hija, Pablo, Mateo y Lucía, la pequeña, de 8 meses, con incontrolable diarrea y los otros dos, con llagas en los pies, la piel pelada en cada pequeño dedo que quiebra a cualquiera. Era un aviso desesperado de ayuda, de algún lugar tan lejano y tan oscuro en la inmensidad de la región Chol. “Esto no se vale, no es justo, no nos llega ayuda, sólo pasan y pasan helicópteros y por más que corremos entre el agua a pesar de la amenaza creciente de la letal víbora nauyaca y los lagartos, y ni así, paran”.

Aquí, a casi semana y media del inicio de la tragedia, todos ya manejan hipótesis que desenmascaran causas, responsables y culpables, y es que esto fue mucho más que una catástrofe natural. Desde la cadena de presas Malpaso - Peñitas y su desfogue entretejido por los ríos Carrizal, Grijalva, Usumacinta, entre muchos más arroyos, donde cientos de comunidades en extrema pobreza, abren paso entre muchos arroyos más que dibujan un territorio salvaje para la vida humana, cólera turbinada que pudo haberse evitado, como me contó el Sr. Humberto, zapatero, quien no sabía nada de su hijo desde hace 3 semanas. “Esto nunca hubiera pasado si nunca se hubieran desviado fondos”

Quien crea que hablo de agua, platica este tabasqueño, dicharachero, sumido en la tristeza, prefiere hacerse el ciego ante tanto barro, que desde hace tantos años, sólo ofrece promesas. Me despedí de él, sabiendo que esto era algo mucho más grande que una zona de emergencia.

Día 5.- La noche más oscura y enlodada en Tabasco.


Por azares de la vida, me colé en una brigada de la Marina Nacional, ahí, con su buque, viajamos casi 3 horas para llegar por el Grijalva hasta la comunidad más lejana, incomunicada y sumamente humilde: Aztlán Primera. Sabía ya quizá lo que vería, pero nunca imaginé la extrema pobreza que en la oscuridad de la noche emana el olor a muerte, desesperación, angustia y tragedia. La semana en la que la furia de tanta agua turbinada, que en menos de 20 minutos arrasó con todo, no sólo desbordó ríos, sino a una entidad entera, en la que el 80 por ciento de su superficie, luce bajo metros y metros de agua puerca.

Ahí, en Aztlán encontramos una pequeña franja de tierra de no más de 4 metros de ancho. Justo ahí, 150 personas de esa comunidad de tan sólo 8 familias, esperaban desde hace ya más de una semana y media, parados, apilados y unidos sólo algo limpio que mate la sed, algo con que sobrevivir. Cuando pisamos tierra y nos hundimos en el barro café, sus miradas serias, desesperanzadas ya, lo decían todo. Platiqué con muchos de ellos, y nunca olvidaré lo que me dijo Joaquín, un vendedor de mojarra, que solito se acercó y con la voz quebrada me dijo: “No se vale, ya basta, una semana y media sin beber agua, nuestras mujeres se tiran al río pa intentar pedir ayuda a Villa, mi hijos ya están bebiendo de esta puta agua negra del río, ¿se olvidaron de nosotros o qué? Pues nos vamos a morir”.

Como esa historia, había muchas, francamente desgarradoras. Ahí ya había muerto un joven por la mordedura de la temida Nauyaca. Tampoco tenían ya leña seca para tan siquiera hervir el agua del río, una semana a base de plátano. Destrozados, quebrados por completo, diarreas, yagas, hongos, y personas mayores diabéticas que sólo esperaban un milagro. Viejitas, chavitas, niños, jóvenes, perdidos en las largas noches de esa tierra que hoy es un lago podrido. Cuando nos íbamos, uno de ellos nos confesó que existía un centro de salud repleto de medicina en esa comunidad, pero que no lo habían usado porque estaba con candado, y no querían que al abrirlo, alguien de otra comunidad les pudiera robar cosas, porque no eran suyas.

Esa misma noche, escuché una entrevista del Gobernador del Estado, el Químico, Andrés Granier y otra de Felipe Calderón. Ambos decían, que esto era mucho menos fuerte que Nueva Orleáns y su Katrina, que aquí se avisó con tiempo, que la situación comenzaba a mejorar. Que esperan pocos muertos cuando baje el agua. Y les preocupa mucho como esté el tabasqueño más humilde y retirado. Horas después, por coincidencia, vi como una camioneta Lobo F-250 se llevaba de palacio Municipal, a las 2 de la mañana, un cargamento lleno de víveres, otro curioso me dijo que no sabía a donde iban, pero que ya era muy tarde. Los que hacen las entregas a las comunidades: bomberos, protección civil, voluntarios, militares o policías de cualquier parte de México, no operaban en la noche brigadas de ayuda, dormían cansados del desolador viaje que todos tuvimos.

Desgraciadamente en Tabasco habrá muchos, muchos muertos. Héroes, valientes, humanos de la misma sangre que son siempre el único verdaderamente perjudicado con estas grandes desastres de emergencia nacional, todo, mientras la corrupción, impunidad y desvío de fondos de todos los partidos, todos los colores, todos igual de enlodados, tantos delegados, funcionarios, de tantos quinquenios, sexenios y trienios. Y así, y aunque a TVT (Televisión de Tabasco, Oficial del Estado) no le parezca, deberán caer, uno a uno, todos los que tienen la culpa de esta verdadera tragedia. Sólo espero que ya por fin se implemente una infraestructura hidráulica eficiente que no permita otra inundación, porque esta tierra verde, se ahoga cada año, la última más fuerte, en 1999, hace ya 8 años. Me queda claro, que ese barro es político, la eterna historia de la desviación de dinero, de corrupción. Mientras que las comunidades marginadas, que no entienden de política, se organizan mejor, sí confían en sus líderes, y sobreviven a pesar de ser una de las miles de comunidades olvidadas de nuestro país.

Al día siguiente regresé en avión y sentía, mirando desde arriba en la ventanilla, a ese edén, al que yo también los abandonaba.

Todos los nombres de los testimoniales fueron protegidos, en su lugar, usé algunos nombres de pila, de tanta, tanta gente de tan pocos recursos y de diferentes rincones y trincheras con la que me identifiqué y por la que regresó muy diferente. Tabasco es un verdadero edén bendito del cielo, su gente; la más humilde, la más valiente.

Alonso Monroy

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