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domingo, 2 de marzo de 2008

Secuelas de un turismo salvaje


Secuelas del turismo salvaje.
Por Alonso Monroy

Resulta ya imposible imaginar estas playas caribeñas sin la masiva llegada de turistas que día a día conviven con el encanto y la magia de este rincón mexicano que lucha constantemente por mantener su identidad.

Resulta ya imposible imaginar el mar, las playas, lagunas o cenotes de este Riviera Maya sin la influencia positiva y negativa que deja la acelerada actividad turística de esta región, algo que muchos llaman una necesidad económica y un potencial de desarrollo, pero muchos otros más, advierten y destacan los riesgos que esta actividad, sin el debido respeto, control y educación, puede arrojar en tierras mexicanas.

Y es que la proyección turística que ha vivido esta cara del caribe mexicano sin lugar a duda enmarca diversos aspectos positivos y valuables en el crecimiento económico de nuestra gente. Sin embargo, la sociedad playense que lleva ya muchos años gestándose también desenmascara los focos rojos y las señales de advertencia sobre un turismo irrespetuoso, descontrolado e irreverente que año con año, precisamente en épocas de cuaresma, suele llegar.

Me refiero al tan publicitado y conocido fenómeno del “Spring Break” y sus consecuencias no sólo con el desgaste natural y ecológico que representa, sino también a todos los semblantes oscuros, perversos, destructivos y negativos que éste puede tener sin no existe un control y actitud de rendición de normas y conductas que permitan la preservación de la identidad mexicana, y sobretodo; el respeto a los valores y principios de nuestra sociedad.

Y es que el tan llamado SpringBreak, o vacaciones de primavera que gozan millones de jóvenes en el territorio Norteamericano, es un fenómeno que lleva ya años dando mucho de que hablar, debido no sólo a su esencia descontrolada, desfigurada y sin limitaciones, sino a los riesgos y secuelas que este paso de miles y miles de jóvenes permanentemente embriagados y con una actitud franca de provocación y falta de respeto a nuestro modus vivendi; actores sociales externos que pueden distorsionar la vida común y corriente de nosotros los playenses y este litoral mexicano y es que este fenómeno no pasa desapercibido. Por un lado, las ventas de la gran mayoría de los bares y restaurantes situados en la 5ta avenida se disparan. Pero en la otra cara, nos volvemos testigos del comportamiento destructivo y ofensivo de miles de jóvenes norteamericanos prepotentes e irrespetuosos.

De igual manera, no es mentira decir que el principal atractivo, gancho y carnada que estos miles de jóvenes estadounidenses reciben para venir a nuestras playas, recae precisamente en las libertades y permisivas descomunales que aquí, a diferencia de su país, gozan y disfrutan a pesar de no ser mayores de edad.

Aceptamos que pertenecemos ya a una tierra enmarcada por su potencial turístico, aceptamos el inevitable crecimiento hotelero, pero los playenses no aceptamos la falta de educación y destrozos propios de una desfasada y distorsionada llegada de grupos de jóvenes estadounidenses que malentienden la esencia de este lugar. Que no respetan a Playa, ni a sus habitantes ni nuestro estilo de vida, que olvidan que vienen de visita, a conocer este paraíso, no a destruirlo, ni a manosearlo, o divertirse a costa de él. Eso sin contar los numerosos casos e historias de violencia sexual y discriminación que rondan entre el desenfrenado paso de estos jóvenes.

También destaca el reclamo vivo y unísono que se ha levantado ya desde hace muchos años contra este frenético fenómeno. Gloria Palma, autora del libro “Spring Break: turismo Salvaje” habla de las secuelas de este voraz paso de tantos y tantos jóvenes descontrolados:

Los reclamos y la advertencia están en el aire, es el momento de lograr abrir conciencias, despertar respeto, tolerancia a nuestra cultura. No más silencio, no más descontrol, queremos Playa y playas para rato, no queremos perder nuestra identidad. Que se conozca este paraíso, pero que no se venda. Que se visite, pero que no deje su razón de ser en tela de juicio. Playa, con educación, cuidado y respeto, siempre será mejor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

con solo unas cuantas palabras de melodia natural que expresas tan bien, he decidido escribirte y darte las grcaais por sentir y decirlo. sintamonos libres, sintamonos con respeto y valores. bien veo que estas contaminado de buenas cosas, un saludo hermano. magui

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pues esta web es de piratas timidos, o de todos. Escribir, escribir es la pasión, transmitir, comunicar, sentir. write...indiana jones? sor juanas? shakespeare? fridas? lennon y sus submarinos amarillos? paul? de wonder years? pennylane? En fin, deja una nota, de cualquier tipo, formemos una metáfora viva.

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