
Y no olvides nunca las caídas,
no tapes el miedo con tu pulgar,
humilde caminante sigue tu paso,
pero recuerda que hubo un ocaso,
en el que no querías ni despertar.
Y así, valorar tus labios; mar,
acariciar los sueños,
valiente navegante, allá vas,
lejos del miedo que quedó atrás
Pero no olvides ni lo desperdicies,
porque ese recuerdo será pasaporte,
en cercanos y lejanos caminos,
en contra del rumor de una caída más
Ahora vuela, vuélvela a besar,
siéntete vivo,
feliz piloto de este aeroplano
sin destino, sobre la mar.
Pero, recuerda,
no olvides nunca las caídas,
viajero; ahora a caminar,
no lo pienses,
vuélvela a besar
volverte a besar...
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