Basura desperdiciada

ALONSO MONROY
16 AGOSTO

LA BASURA: PROBLEMA GRAVE DE SALUD EN YUCATÁN.

Cuesta trabajo pensar que en pleno año 2007 uno de los problemas más serios para Mérida y su gente sea el de la basura. Hoy, la problemática de salud que representa el pésimo servicio de recolección y almacenamiento de basura es tema central de la opinión pública y el discurso político. Todos en las calles hablan y viven una de las crisis sanitarias más fuertes de los últimos años. Hoy, los titulares de los periódicos ceden sus primeras planas a la amenaza sanitaria que ya es la basura. Ni la tecnología, ni la creciente democracia, ni el poder económico de esta ciudad han logrado mermar y terminar con este grave conflicto que comienza a cansar en sobremanera a los yucatecos y es que no es para menos, la amenaza por daños a la salud es bastante fuerte. La gente pide una solución pronto:



Lo que vivimos hoy, es el desbordamiento de un problema que desde hace muchos años se fue descuidando. En gobiernos anteriores el servicio de recolección estaba a cargo de un grupo yucateco llamado PAMPLONA. Si echamos la vista atrás, recordaremos el pésimo servicio que ofrecía en la ciudad. Camiones viejos, obsoletos, inservibles, pésimo trato de sus trabajadores, prepotencia, soberbia e ineptitud de la que era en ese entonces la concesionaria oficial. Así, las constantes quejas y desenfado de la gente lograron transferir la concesión a una empresa poblana, SUPSA, que presumía de vanguardia y modernidad y también un excelente servicio. La inversión que tuvo que realizar el ayuntamiento, con nuestros impuestos, fue bastante alta y la ciudadanía puso su confianza en la nueva empresa, pensando que nunca más volverían los problemas. Sin embargo, el encanto de los primero meses con las unidades recolectoras de SUPSA se fue desvaneciendo a medida que los años revivían una vez más la crisis de la basura. La gente constantemente se quejó del pésimo servicio, había reportes diarios por omisión de predios en la recolección e incluso, aunque parezca irreal, la gente denunciaba a dicha empresa por ensuciar aún más las calles.

Poco a poco las nuevas unidades recolectoras dejaron de recibir mantenimiento y empezaron a volverse otra vertiente del problema. La crisis iba en aumento, la gente desesperada denunciaba públicamente el deplorable servicio, incluso en más de una ocasión, varios vecinos de diferentes colonias depositaron su basura afuera de las oficinas de SUPSA en muestra clara del desenfado de toda una población.

Sin embargo, hace unos días la crisis dio un nuevo giro que tiene en jaque tanto al gobierno municipal como al estatal. La alta afluencia de meridanos que se trasladan al puerto en el verano originó que en Progreso la capacidad de almacenamiento fuera completamente rebasada. La alcaldesa de Progreso, Reina Quintal Recio tuvo que acudir de emergencia al Ayuntamiento de Mérida para solicitar su apoyo y pedir que todo el excedente de basura se fuera al relleno sanitario de esta ciudad. Aunado con los problemas que la basura ya causaba en Mérida este hecho inédito tomó la atención de las autoridades que en los últimos días realizan operativos en el puerto. El problema es mucho más serio de lo que se pensaba. En progreso no sólo ya no hay espacio para la basura, si no que en los últimos días se ha descubierto que la empresa recolectora que opera en Progreso, Vantech, llevaba ya mucho tiempo enterrando la basura en la ciénega del puerto, destruyendo y perjudicando enormemente a los manglares y poniendo en grave riesgo a toda la población ante la amenaza de una infección masiva. Y no sólo eso, el gobierno municipal volvió a utilizar un basurero público que desde hace años había sido clausurado. A medida que pasan los días las autoridades sanitarias continúan descubriendo anomalías. Esta es la opinión del Delegado de La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Carlos González Flota:



A pesar de las multas que recibió Vantech, el daño y las consecuencias de la contaminación a los manglares significan un grave problema.

Hoy, el problema de la basura está completamente desbordado y es por si no fuera poco, hay estudios que revelan que el relleno sanitario de Mérida es un sistema viejo y obsoleto que ya casi no se utiliza en ninguna parte del mundo. El alcalde de Mérida reconoce que la crisis se ha desbordado por completo:



Así, la crisis que significa la basura en nuestro estado es ya un problema de salud estatal. Si las autoridades no atienden seriamente este problema, la situación podría complicarse aún más en los próximos años. Se deberá revisar el trabajo de las empresas recolectoras y dar las concesiones a una empresa que verdaderamente garantice un buen servicio, se tendrá que pensar en un proyecto alterno al del relleno sanitario, pero sobre todo, deberá mejorar en todos sus aspectos el servicio de recolección y almacenamiento de basura. La gente, ya está bastante cansada.