patrias en fiesta

alonso monroy
SEPTIEMBRE 15 2007

DETRÁS DE LAS FIESTAS PATRIAS

Las fiestas patrias se sienten por todas partes. En cada color, cada bandera, cada mirada, a cada calle nos volvemos testigos, una vez más, de todo el escenario social, político y económico que se desborda por estos días, es el 15 de septiembre, y en México estas fechas no pasan desapercibidas.

Sin embargo, en los últimos años se advierte una desviación de la razón de ser de estos días conmemorativos. Atrás quedan los días donde el propósito de honrar y recordar a los héroes que nos dieron patria y libertad, asaltado por la maquinaria publicitaria y mercadológica que reducen este fin de semana, a las ventas, al dinero y al consumo masivo.

Hoy en día, cuando hablamos de fiestas patrias es inevitable pensar en fiestas, relajo, excesos, alcohol, diversión, viajes, puente, cenas, discotecas, bares y así, la lista continúa sin que nadie piense en el valor histórico de la independencia de México.

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Pero el problema no se refleja por estos festejos patrios, claro que a todos nos gusta festejar y divertirnos, el verdadero problema está en la pérdida de identidad y orgullo del mexicano, por lo menos del que vive aquí, y es que parece increíble creer que muchas veces los mexicanos valoramos nuestras raíces, solo cuando estamos fuera, cuando añoramos nuestra tierra. De igual forma preocupa que hoy en día todo se exagere con gastos, compras, consumo, convirtiendo esta fiesta cívica en un verdadero golpe a nuestro bolsillo y alejando cada vez más la esencia de estos días: recordar y sentir el orgullo de México saboreando la libertad que años atrás nos dejaron dando la vida de por medio.

Es curioso darse cuenta que muchas veces el mexicano dice sentir más orgullo cuando gana la selección nacional o algun mexicano logra una medalla olímpica, y es que aunque parezca incómodo para los políticos, los deportistas hoy en día han arrebatado la estafeta de héroes a causa de la ausencia de liderazgo y acciones positivas de nuestros diputados, gobernadores y autoridades. Quizás el mexicano se desentienda cada vez más de los valores patrios al ver que simplemente estos no existen en la actualidad y no motivan a nadie a dar un grito por ellos, a menos que sea un insulto o reclamo.

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Así, las fiesta patrias se reducen a un espacio de fiesta y gozo, un intento de desentendimiento de la realidad. El mexicano de hoy prefiere divertirse que honrar a quien hoy en día no merece ser honrado, vislumbrando cada día más lejos el verdadero sentid de libertad y autonomía que le dieron independencia y patria a esta nación.